Arlene Louise Schaefer

Arlene Louise Schaefer, de Grand Junction, Colorado, pasó a la eternidad el lunes 13 de enero de 2025 en su casa después de una larga batalla contra el cáncer. Se ha planeado un entierro conmemorativo para el 10 de marzo de 2025 a la 1:00 p. m. en el cementerio Crown Point (945 23 1/2 Road, Grand Junction, Colorado 81505). El servicio se grabará y estará disponible en línea.

La familia de Arlene incluye a su esposo de 62 años, Dale Wesley, y dos hijos: Joel Wesley Schaefer (esposa Gayathri Joyce) de Grand Junction, Jeanne Marie Schaefer-Sims (esposo Rod Sims) de Edmond, OK. Sus nietos son Andrew Michael Williams de Los Ángeles, CA, Wesley Sekharan Schaefer de Annapolis, MD y Wyatt Narayan Schaefer de Grand Junction. Sus hijos y tres de sus hermanas estuvieron con ella en sus últimos días y horas.

Arlene nació en Cokato, Minnesota, el 30 de diciembre de 1941, hija de Ruth Ida Wessman Tellgren y Clarence Roosevelt Tellgren; fue la séptima de diez hermanos. Todos sus abuelos emigraron de Suecia en el siglo XIX en busca de libertad religiosa en Estados Unidos. Arlene sentía pasión por la cultura, la comida y el idioma suecos. Adquirió conocimientos rudimentarios del sueco a través de cursos en la Universidad de Cincinnati. Con sus hermanas, viajó a Suecia y asistió a un campamento de idioma sueco en Wisconsin.

Tras graduarse en 1959 de la escuela secundaria Dassel-Cokato (Minnesota), Arlene asistió a Wheaton College (Illinois) durante dos años. Se graduó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts con una licenciatura en Biología en 1967. Menos del 51% de los alumnos de la clase de 1967 eran mujeres. Estuvo embarazada durante su último año. Obtuvo un MBA de la Universidad de Nuevo México en 1980.

Arlene trabajó como técnica de alimentos en General Mills (Minnesota), técnica médica en el Hospital del Condado de Cook (Illinois), en la Universidad de Harvard (Massachusetts) y en la Universidad de Nuevo México. También impartió clases de tecnología médica por las noches. Después de obtener su maestría en administración de empresas, trabajó como contadora, auditora y asistente administrativa en Sandia National Laboratories en Albuquerque, Nuevo México. Tras jubilarse de Sandia, se desempeñó como administradora de la iglesia en la Iglesia Presbiteriana Northminster en Cincinnati, Ohio.

Arlene fue una discípula de Jesús dedicada al estudio de la Biblia y al servicio cristiano. Fue miembro de la Junta Directiva de Misión Latinoamérica y de Christian Inn Ministries, un ministerio residencial para mujeres que habían estado encarceladas en Cincinnati, Ohio. Realizó trabajo misionero en México, Croacia, Colombia y Costa Rica. Abrió su hogar y ayudó a docenas de estudiantes extranjeros a lo largo de los años. Después de su jubilación, cuidó a las mujeres mayores de la Iglesia Presbiteriana Covenant-First en Cincinnati.

Arlene siempre estuvo interesada en el arte. Nunca estudió arte formalmente, sino que aprendió por su cuenta a través de clubes de arte, clases informales y lecciones en línea. Le interesaban especialmente las acuarelas. A menudo colaboraba con su nieto Wyatt, quien parece haber heredado sus habilidades.

Arlene vivió en Cokato, Minnesota; Wheaton, Illinois; Cambridge, Massachusetts; Marblehead, Massachusetts; Putnam Valley, Nueva York; Golden, Nuevo México; Rosslyn, Virginia; Cincinnati, Ohio; Beijing, China y Grand Junction, Colorado. Viajó mucho por Inglaterra, Alemania, España, Italia, Suiza, Francia, China, Australia, Nueva Zelanda, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Hungría, Rumania, Rusia, Estonia, Israel, Egipto, Colombia, México, Canadá, Costa Rica, Japón, Eslovenia, Croacia, Singapur y Tailandia.

Los últimos años de Arlene en Grand Junction los dedicó a su familia. Cuidaba de sus nietos, se ocupaba de la casa, hacía recados, llevaba a sus nietos a la escuela en Uber, cocinaba, limpiaba y reparaba todo lo que estaba roto, incluidos los corazones rotos. Cuando su energía empezó a menguar, confió en su versículo bíblico favorito:
“Pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” Isaías 40:30

Incluso cuando su vida se estaba acabando, intentaba pasar al menos una hora al día al aire libre, cuidando del jardín y de su bandada de gallinas. Cuando murió, le sobrevivieron una sola gallina, su favorita, Little Red Hen, y su cariñoso gato, Biscuit.